Mi chico
En la micro, di mi asiento a una señora, parada hacia la ventana. Es un día soleado, en sus ojos la luz brillante del horizonte, mira por la ventana y su mirada se pierde en la bajada de Alto Hospicio, su posición muestra inseguridad. La micro se mueve continuamente con el ronroneo del motor y sus manos tiemblan a medida que avanzan los minutos.
Baja la mirada a sus manos, busca con sus ojos el objeto para cambiar su música, sólo un audífono le funciona, intenta jugar con la extensión del cable para hallar la posición perfecta donde ambos audífonos funcionen. Lo logra.
Sonríe y comienza a mirar nuevamente por la ventana, sus manos y cuerpo se mueven al son de la música. Rock y una guitarra de viento genera con sus dedos.
Finalmente la chica del costado pide una dirección, no se inmutó y su mirada sigue perdida, disfrutando de su música olvidando su próximo destino. Mira al otro lado del bus, hacia mí, buscando el botón de parada, pide permiso a la chica y baja, volviendo su mirada a sus audífonos que nuevamente perdieron el sonido.
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